Salamandra

Los momentos perduran: el tiempo no existe.

El bosque estaba completamente oscuro, hasta la luna había dejado de brillar. La niña emprendió la marcha con los pies descalzos hacia un mundo desconocido con la esperanza de encontrar la luz de las luciérnagas y el camino a casa...

Mimo

El poder de una abuela.

Trozo

La pequeña Lucía se quitó sus zapatitos y calcetas también.

- Pero qué haces pequeña, te vas a resfriar.

Con voz fuerte dijo la luciérnaga.

- No se preocupe señora bonita, lo hago con la intención de sentir, de que la propia corriente sea nuestra guía a la luz.