Soñar es de las cosas más bellas que tiene la vida, porque con los sueños alimentas el alma para sentirte completo. Siempre busca más allá de lo normal.
miércoles, 30 de junio de 2010
Déjame devolverte el alma...
Exquisito "el Astrónomo"
martes, 29 de junio de 2010
lunes, 28 de junio de 2010
domingo, 27 de junio de 2010
Un viaje de los sentidos
de que hay talento... LO HAY!
un ángel
sábado, 26 de junio de 2010
Subasta de Grabados
La subasta de grabados el pasado jueves 24 de julio fue todo un éxito y es que sé ve y se siente el apoyo que se les está dando a los chicos de "Enséñame a volar". La subasta se llevó a cabo en el Salón Galerón del Hotel Mesón de Jobito y dichos grabados fueron donados por el Centro de la Gráfica, además hubo obras de artistas un tanto no reconocidos, pero que también apoyaron con su talento. Muchas gracias a todos los que asistieron y a todos los que nos dan brindado amor :]
viernes, 25 de junio de 2010
jueves, 24 de junio de 2010
Dios qué exquisita canción :O
miércoles, 23 de junio de 2010
"Recoge una pluma" - Ayuda por amor
martes, 22 de junio de 2010
Puedes impulsar sueños :]
lunes, 21 de junio de 2010
domingo, 20 de junio de 2010
sábado, 19 de junio de 2010
mi chiquitín
jueves, 17 de junio de 2010
martes, 15 de junio de 2010
secuelas del rencor... váyanse por favor
lunes, 14 de junio de 2010
sábado, 12 de junio de 2010
jueves, 10 de junio de 2010
Como un sueño
miércoles, 9 de junio de 2010
Espasmos
Eva se levantó enojada el día de su cumpleaños. Nadie, ni ella misma, sabía por qué se sentía tan mal esa mañana, pero incluso los pájaros no cantaron al amanecer y el cielo lucía nublado… Era un invierno muy frío, en el noticiario matutino de la radio reportaron ese jueves una temperatura de 3 grados centígrados. Los toldos y ventanas de los autos amanecieron con una capa de nieve, el pasto escarchado, y al menos dos personas habían fallecido en la colonia donde vivía Eva a causa de las bajas temperaturas… Sonó el teléfono en medio del silencio unas cuatro veces hasta que Eva levantó la bocina y dijo inexpresivamente “Hola”… Escuchó la voz apenas perceptible de un chico de 14 o 15 años, quien hizo un silencio después del saludo de Eva y enseguida soltó: “Todo lo que hoy tienes y vives, de un segundo a otro puede cambiar; la vida no es algo fijo ni eterno… Feliz cumpleaños”… dijo Alejandro “Gracias, pero ya es tarde para consideraciones de tu parte”. Ambos colgaron.
Eva ahora se sentía desconcertada por la llamada de Alejandro pero no podía dejar de sentirse molesta por no saber qué hacer y sentir en ese momento. Cumplir 15 años no era tan genial como había imaginado. Al poco rato, llovieron las felicitaciones, de la familia y de los amigos y amigas, pero no cambió el estado de ánimo de Eva. Ese día era tal vez el más agrio de su existencia, pero no quería resignarse a pasarla tan mal. Entonces, avisó a su madre que regresaría por la tarde a casa sin dar mayor explicación, tomó su chamarra y caminó por la acera aquel jueves nublado y frío.
Llegó a la primera esquina y dobló a la derecha, caminó de frente y en la otra esquina viró a la izquierda. Casi a media cuadra se detuvo en un zaguán azul y oprimió sin titubear el timbre con la expresión seria. De inmediato se asomó un chico por la ventana del primer piso de la casa del zaguán azul y desapareció por menos de 10 segundos de la vista de Eva para aparecerse frente a ella.”¿Qué pasa?”, dijo Alejandro. “Quiero proponerte algo”, soltó Eva firme…
Ambos tomaron un camión que los llevó a una estación de autobuses; ahí compraron un par de boletos y esperaron sentados en silencio. Quince minutos más tarde, abordaron un autobús con rumbo a una población cercana. Durante el viaje se miraron ocasionalmente pero no hubo charla. Descendieron del autobús y ambos volteaban de un lado a otro como para encontrar una calle o destino conocido. Eva tomó las riendas y caminó con Alejandro cinco o seis cuadras para tomar una calle por la derecha y caminar casi hasta una barda que cerraba la calle. En el número 325 había una puerta de metal en la que Eva introdujo una llave y abrió sin dudar.
Alejandro lucía incrédulo y desconcertado. Accedieron a un cuarto de 4 por 4 metros en el que había un sillón y un ropero de madera. Eva se plantó frente a Alejandro y le pidió que la besara. Él se quedó inmóvil por un instante y después le puso la mano en la mejilla, cerró los ojos y la besó. Entonces Eva entrecruzó su mano derecha con la izquierda de él y continuaron besándose, como si nunca antes lo hubieran hecho. Luego se abrazaron y Eva derramó una lágrima y sollozó. Él la abrazó más fuerte y volvieron a besarse. Lo que siguió fue como encontrar un nuevo camino para ambos: se reconocieron de nuevo… Eva, durante unos minutos, encontró la brújula del amor.
martes, 8 de junio de 2010
lunes, 7 de junio de 2010
Rally universitario: Expresión en Corto
sábado, 5 de junio de 2010
jueves, 3 de junio de 2010
interesting
de tony solís
una exposición sobre la soberbia y belleza de la adolescencia
representado en méxico por la galería enrique guerrero, tony solís ha sido invitado por muno para mostrar la exposición after panic, una selección de su obra fotográfica alrededor de la adolescencia. previo a la exposición, tony solís, también editor de fotografía de la revista nylon méxico, tendrá una charla con el público invitado en la que hablará sobre la escena actual de la fotografía en moda en el país y el mundo editorial.
after panic
apertura de exposición
sábado 5 de junio, 8:30 p.m.
la fotografía de moda y el mundo editorial
conferencia
sábado 5 de junio, 7:00 p.m.
edificio muno
Genaro Codina 727
centro
Zacatecas, México
martes, 1 de junio de 2010
Ojos de perro
En el rincón de un cuarto oscuro se encuentra Ramiro, un fotógrafo de apenas unos 23 años, de rostro pálido, ojeras muy marcadas, labios secos, cabello castaño claro y ondulado. Está totalmente arrinconado, su respiración exaltada… sus manos no dejan de sudar. Grita desesperado, pero nadie puede escucharlo, la soledad lo ha llevado al aislamiento total.
Ramiro no distingue los colores, no contempla los amaneceres, no ve llover y mucho puede ver sus fotografías: es ciego. La vida lo ha educado y le ha enseñado que lo primordial está en el sentir, que a las cosas siempre se les tiene que buscar la esencia y tienen que limitarse de invitar a la superficialidad para que forme parte de la realidad.
Por la mañana Ramiro salió muy temprano de su casa, siempre en compañía de Col, su perro fiel: un labrador dorado muy grande y gordo; Remi estaba dispuesto a encontrar inusuales imágenes para así capturar el momento y convertirlo en una eternidad y es que la soledad dentro de la obscuridad de sus ojos, unida con el destierro de sus días, era sólo el vacio dentro de su interior, días en silencio, que en ocasiones Col rompía con ladridos, meras peticiones en las que el perro anhelaba que su amo dejara a un lado todos esos pensamientos dolorosos que ni el tiempo había podido sanar, pero que sería suficiente para que Col entregara su alma a su dueño, estaría con él aún y después de que el sol se ocultase.
Ramiro toda su vida ha sido privado del gozo de la vista y es que es un problema que viene de familia, su abuelo Manuel y su tía Celia eran ciegos también… a su madre ni la conoció. Ahora que está en el rincón de su lugar favorito, de su único entorno de paz, donde realmente se sentía él, podía ver y experimentar lo que su cámara capturaba, sentía que no podía más, esas voces que constantemente lo torturaban, lo estaban matando y aunados a los ladridos de Col, se escribía su camino a la locura. - ¡Cállate Col!, gritaba insistentemente Remi, pero Col seguía ladrando en su dirección, cada vez más enojado, parecía poseído, no era aquel can fiel que cuidaba de él, que lo había guiado siempre por el mejor camino los últimos 12 años de su vida, basta contar tres para ver cómo Col se abalanza hacia Ramiro.
Ramiro en su mente contemplaba como los colmillos de Col penetraban con fuerza su entrepierna y podía ver el intenso color de la sangre que se iba acumulando en un charco… se estaba desangrando; Col lucía un tanto extasiado y de su boca brotaba espuma que ahora era roja por la sangre de su jefe. Los ladridos se hacen presentes una vez más, Ramiro lo único que hace es taparse los oídos y aguantarse de la mordida, ya no quiere alterar más a Col.
Pasaron unos minutos y el silencio rondó por el cuarto Ramiro lentamente se puso de pie sin ninguna dificultad, temeroso baja su mano por su pierna y se da cuenta de que no hay herida, confundido da unos pasos, se tropieza: - ¿Pero qué demonios es esto?, grita intensamente, se inclina e inmediatamente siente el bulto: -¡No!, ¿Qué he hecho?, Col, por favor no apagues tu motor, aguanta campeón.
Los ladridos ficticios en la psique de Ramiro ahora se han convertido en quejidos de Col, angustia real mezclada con dolor y una porción de incertidumbre por no descifrar el porqué de la actitud de su amo, pero aún y con el ataque inesperado, Col daría la vida por Ramiro.